Un poco de lo que vivo y aprendo, en este camino a la eternidad

Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.” Lucas 5:4-10
Todos tenemos un llamado especial de parte de Dios, cada uno de nosotros fue creado para cumplir con un plan de parte del Señor, para lo cual somos capacitados y entrenados durante gran parte de nuestra vida. Lo más importante es conocer ese plan de parte de Dios. Nuestro espíritu gime en nuestro ser por cumplir con ese proyecto porque esa es nuestra plenitud, si nos alejamos de él, perdemos el sabor de la vida y todo se convierte en una rutina y en un simple existir.
Simón Pedro, fue pescador desde su existencia primero en los rudimentos de un aprendiz, luego diestro en su labor hasta el punto que ya era hombre profesional y especialista en su labor, su carácter de fe, reverente y obediente lo hacían listo para trascender en su trabajo “No temas; desde ahora serás pescador de hombres.” Por lo cual puedo decir que Dios nos llama desde donde estamos trabajando, donde hemos sido adiestrados para luego ser convocados a la excelencia que es cumplir con el proyecto de Dios.

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